jueves, 31 de julio de 2014

Lunes 28. EN MARCHA


Los médicos madrugan y se van prontito al cole. Sus agendas echan humo. Realmente han venido a currar de sol a sol. Ole sus huevos.

Nosotros (M&M&M) nos vamos a desayunar a las nueve. Aún nos dura el cansancio. Moni dice que si se vuelve a acostar se pega otro sueño, pero de los buenos, vamos. Uf. que la fuerza nos acompañe, nunca mejor dicho.

Después de desayunar en el Blue nos volvemos a pasar por Raj's, a por los pinchos. Maite no consigue que el suyo funcione. Yo me cojo el mío y cruzo los dedos para que rule cuando llegue al hotel. Hemos perdido media mañana. Nos vamos a los alrededores de uno de los hospitales para comprar una balanza de esas retro, con las pesitas que se deslizan de un lado a otro y con el medidor de altura. Cogemos un taxi. Damos mil vueltas. Estamos muertos de calor. Nos van mandando de un lado a otro. Nos mandan a  una tienda que no encontramos. Volvemos a Park Street y entonces encontramos una de las tiendas que alguien nos indicó. Bueno, que después de pasar media mañana de un lado a otro, llegamos a la conclusión de que esas cosas ya no existen, así que compramos una balanza de esas de toda la vida, con aguja y dejamos encargado un medidor de altura (tardará como cinco días, así que no nos lo podremos llevar a nuestro viaje a Sunderbans). Y todo esto con la fascitis plantar de Mai (samurai). Antes de volver al cole, dejamos encargada leche en polvo (como 20 paquetes) para uno de los niños de Sunderbans. Se supone que la recogemos al día siguiente. Se supone.

 En el cole, comemos, jugamos, reimos, hacemos fotos... muy relajados. Los médicos siguen currando a saco. Nos volvemos a reunir con Mau, para dejar ya cerradas las listas de grupos. Antes de volver al metro, pasamos por la casa de los niños mayores (y los vemos tan mayores...), que esta medio en obras, han construido un piso más y han rehecho techos y suelos. Todo esto crece –no solo los niños- crece y crece delante de nuestras narices. Es emocionante. Por cierto, parece que también nos tocará ir a pintar por las mañanas.

Mañana acaba el Ramadán, así que será como un día de fiesta (aunque los musulmanes no sean ni mucho menos mayoría en el país). Veremos qué podemos hacer y qué no... Hay bastantes niños musulmanes que vuelven con sus familias para la celebración.

 La sensación de agotamiento sigue persiguiéndonos (esas caras en el metro...). Me vuelvo al hotel y después de una hora, no consigo que el pincho-internet de los huevos se ponga a funcionar. Mierda gorda. Previsible, eso sí, estamos en India, finalmente.

Nos compramos esas cositas que tanto nos gustan (pakoras, noodles, egg rolls...) y nos vamos a cenar a la terraza. ¿A que apetece? Pues sí, para qué nos vamos a engañar. Justo cuando hemos terminado de comer, se pone a llover, así que salimos por patas, nos deseamos buen descanso -que falta nos va a hacer- y cada uno a su habitación...

Mañana, a las siete y media desayunamos. Tocará visita a algún hospital...

Después de ducha-colada (lavo la ropa con agua caliente, me ducho con agua fría), es hora de sentarme a escribir.

Por mami and papi.

Y por Karmela.

Y mami and papi de Mónica.

Y Mercedes.

Y la gente del coro.

Y los nostálgicos.

Y Maira.

Y Oly.

Y Malena.

Y quien me lea...

 (Segundo día. 0 personas enfermas. Así me gusta)

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