La manzanita
mordida suena a las siete menos cuarto. Me siguen faltando horas de sueño. La
diarrea ya es historia, por cierto.
Hoy hacemos tres
grupos: los hermanos se van al hospital Apollo para consultar la posibilidad de
intervención de Soumitro, un niño con un problema de mandíbula muy serio (ya
apenas puede abrir la boca ni tragar). Necesita una compleja operación de
reconstrucción. También tienen que consultar la posibilidad de un transplante
de médula para un niño con talasemia. Mientras tanto, Javier y Ana irán al
hospital Birla a hacer pruebas de cardio con Supriya y la otra niña. Maite y yo
iremos al cole para ultimar con la manager todos los detalles de las
actividades de las próximas dos semanas.
Desayunamos en
el Blue Sky, como en los viejos tiempos. Sandwich de tomate, queso y ajo, café,
nutella toast, zumo de lima. Ya tienen wifi. Esto va avanzando. Tenemos
bastante buena cara, eso de volver a dormir en una cama con colchón –aunque sea
fino- nos ha devuelto la vida. Nos vamos cada uno a nuestra tarea.
Maite y yo nos
hacemos ese trayecto que nos sabemos de memoria: paseo hasta la boca de metro
(Park Street), trayecto hasta Uttan Kumar. Rickshaw hasta Kobardanga. Paseo
hasta el cole. No necesitamos muchas palabras Maite y yo, con una mirada basta.
El encuentro con
la manager es sorprendentemente fluido y ágil. Es una chica bien preparada –y
amueblada-, eficaz, tiene las ideas claras, habla un inglés muy fino y maneja
el ordenador sin problema. Abrimos el documento. Repasamos los grupos, quitamos
y ponemos chicos aquí y allá. Revisamos las vacunas. Ajustamos los horarios.
Rehacemos cositas y le damos –click- a guardar.
Tenemos un gran
archivador metálico instalado en la enfermería. Gran noticia. Ahora tenemos que
comprar carpetas –colgantes- para ir clasificando la tonelada de documentación
que anda pululando por ahí. Ya veremos cómo hacemos con las radiografías porque
seguro que no caben en los cajones.
Nos ponen la
comida, así que en lugar de ir a comer a Calcuta, nos quedamos en el cole.
El Brother no
está. Estamos un rato mareando la perdiz y cuando ya nos disponemos a volvernos
aparece en una de las furgos. Más tarde aparecen Ana y Javi. Están contentos,
parece que todo ha ido muy bien en el Birla. Les acompañamos al comedor para
que nos cuenten mientras comen. A Supriya la ingresarán el domingo para
practicarle un cateterismo el lunes. El resultado decidirá si hay operación o
no.
Al terminar,
llamamos al padre de Supriya para explicarle el problema, el tratamiento y cómo
lo vamos a hacer. El Brother hace de traductor y Ana va haciendo dibujos en un
cuaderno para hacer la explicación más sencilla. El hombrito sigue la cosa como
puede, asiente y, al final de la explicación, nos pregunta si con la operación
del corazón a la niña se le curará el síndrome de Down.
Volvemos a
Calcuta. Nos vemos con Dani y Concha en Raj’s mientras tomamos un café (con
cinnamon roll en mi caso). Están contentos, la mañana también ha sido
productiva para ellos. El especialista de máxilofacial quiere ver a Soumitro y
nos dirá si puede hacer la cirugía. En cuanto al transplante de médula, va a
ser tremendamente caro. Si podemos encontrar un donante compatible –en la
familia, por ejemplo- costará alrededor de los 25.000 euros, pero si la médula
tiene que venir desde Alemania, la cosa se dispara hasta los 80.000. Mucha
tela.
Nos damos una
vuelta por Park Street en busca de las carpetas colgantes para el archivador de
la enfermería. Ni rastro. Vamos hasta New Market, chez Pinku, que nos lleva a
un puesto especializado. Ni rastro. Ya el hecho de explicarlo fue toda una
odisea (al final hubo que hacer un dibujo para que se enteraran). Aprovechamos
el viaje para encargar 300 estuches pequeñitos de plástico transparente para
que los niños metan los cepillos de dientes porque ahora los meten todos juntos
en unos botes y la cosa no es muy higiénica que digamos. 15 rupias cada uno
(unos 20 céntimos).
Pasamos de nuevo
por Park Street para comprar unos egg rolls, regresamos al hotel y nos los
comemos en nuestra fantástica terraza.
Acabamos la
jornada con cuboducha y colada.
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