La misión de hoy es ir al Mercy Hospital con ocho niños/as
mayores para unas consultas de dermatología. Desayunamos en el Blue. David y
Jose son duda. Si David no viene, la consulta de dentista se viene abajo. Ups.
Llegamos al cole a la hora prevista, las diez. Bea, Patricia
R. y yo recogemos a los niños, a la enfermera y la ambulancia (la grande,
afortunadamente) nos lleva a los 12 (más el conductor). El calor es
insoportable –y ya van 5 días consecutivos-. En cinco minutos ya estamos
sudando todos como pollos. Dado que el viaje dura más de una hora –que es lo
que tiene cruzar un atasco-, imaginen ustedes el efecto. La mitad de los niños
están mareados, pero ya saben, no se quejan, no tuercen el gesto, no dicen ni
mu. Se limitan a cerrar los ojos, apoyar la cabeza en las manos y aguantar.
Llegamos al Mercy. Nos llevan al edificio lateral.
Preguntamos en recepción. No hay dermatólogo, su consulta fue de 9 a 10. Nos
miramos, preguntamos, Patricia se enfada y llamamos al conductor para que se
vuelva a buscarnos.
Nos hacemos el mismo viaje de vuelta, empapados, con los
niños hechos unos zorros. Dos horas perdidas para nada. Maite me dice que
Manosi ya llamó al hospital y concertó la cita. Una nueva entrega de nuestros
famosos diálogos para besugos…
Por cierto, David y Jose, al pie del cañón. Hoy estamos los
15 (algunos de aquella manera, pero bueno).
En fin, nada que hacer. Zanganear un rato, jugando con las
criaturas, hasta la hora de comer. Mi pequeñita, Saheli, que no es tan tan
pequeñita porque tiene 10 años, hoy tiene una sorpresa para mí. Ha estado
dibujando y recortando en un papel una especie de postalita donde dice que me
quiere. Y la cara que pone cuando me lo da. Esto no va a ser fácil
Después de comer, Jose y David, que no pueden con el alma,
se tumban en la sala de material a dormir un rato. El cansancio empieza a verse
de manera muy evidente en la cara de todo el mundo.
En el taller –Fátima ya está con nosotros-, fabricamos
sombreros, o algo así, con cartulinas. Los niños están muy entretenidos y me
paso la hora recortando. Al final de la sesión, nuestro momentito de dibujo.
Reunión, rodeo por Sudder para cambiar algo de dinero (pero
el euro está bajando y ya hemos pasado de 70 a 69…). A la vuelta, David y yo
nos compramos un bocata en el Subway, como ayer. Hoy en lugar de escribir por
la noche, lo haré por la mañana. Así que me ducho, lavo la ropa y toca
descansar.
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