lunes, 11 de agosto de 2014

Lunes 11. HB2U (Mai)


Anoche, a eso de las 22 h. llega Monilyn con antibióticos. Me los acaba de recetar Conch on line… Ole. En fin, tratamiento de siete días. Y lo que dice Conch va a misa. Y vuelvo a dormir.

Hoy es el cumple de Mai. Me levanto a las seis para hacer mis ejercicios de hombro. Mai está abajo. Hecha polvo. Ayer ha vomitado toda la cena. Bonito día de cumple te espera, querida. Llegan Inés, Silvia y lo que un día fue Pilar (ahora es un zombi), que quiere batir el record del mundo de debilidad, pero la vida continúa. Somos todos lo bastante mayorcitos, finalmente.

Aparece Javi en versión walking dead. Diarreazo. Lo lleva con bastante humor, al menos. Se nos van derrumbando los mitos por momentos. Silvia hace lo que puede (aguanta durante el día, fiebre por las noches…). Pero aún estamos en pie, qué demonios. Desayunos gloriosos los nuestros, con antibiótico incluido en mi caso…

Hoy hay equipo de demolición en dos turnos. Estoy en el primero con Oscar, Isa y Pilar C., así que allá vamos, a darlo todo. Sudo y sudo y sudo y rasco y gano. Dos horas a tumba abierta. Tensamos la cuerda. Duele la espalda, escuecen los ojos, duelen las manos –empiezan a estar llenas de heriditas-. Los caminos que nos llevan a la felicidad pueden ser jodidamente retorcidos a veces. Ni margaritas, ni pajaritos trinando, ni arcos iris, ni violines, ni leches… Polvo, sudor, hierro y todo eso (el Cid cabalga).



Llega el segundo turno. Los recibimos con los brazos abiertos (pero estamos tan cubiertos de mugre que no se acercan mucho, jajaja). Nos sacamos el cemento del cuerpo. Tomamos aire. Tomamos agua. Fíjense ustedes qué poco hace falta para sentirse vivo. Aire y agua.

Volvemos al cole. Yo me siento en un silloncito enfrente de la enfermería y me quedo dormido. Jajaja. Seco. Cuando abro un ojo hay una flaquita con el pelo muy corto que me mira muy seria y me dice “uncle sleeping”. Pues claro, cariño, el tío se ha quedado tieso. La siesta del burro.

Arrastro el cansancio de aquí a allá. Como sin hambre. Me queda un poquito de energía para jugar y reírme un rato con las nenas.



Maite aún no ha vuelto del Apollo Hospital (se fue con Silvi y Javi).

Moni y yo ensayamos con las mininenas. Están insoportables y acabamos en un tris de largarnos, pero nos piden perdón y nos piden que les demos otra oportunidad –mientras ya estamos guardando el teclado en la funda-. La massi (una señora super mayor que se lo pasa pipa escuchándonos cantar) también nos ruega que no nos vayamos, incluso me agarra el teclado para que no lo guarde… Me parto.

Después del ensayo, taller. Pilar –que se ha quedado en la cama durante la mañana- se incorpora. Antes morir que perder la vida. O algo.

El nivel del depósito de combustible baja a toda velocidad. El agotamiento me guiña un ojo. Mientras Marta hace dibujitos con las nenas, yo voy bajando con cada una a hacer fotos, porque el taller de hoy consistía en hacer fotos para el calendario. Por cierto, me ha tocado mi mes: noviembre. Mañana colgaré algunas de ellas.




Maite llega al cole a eso de las cinco. Pobriña mía. Se ha llevado a Rajú (andamos preocupados después del episodio del otro día). Mañana le hacen un TAC. También le van a hacer electrocardiograma y análisis de sangre.

Después de la reunión, ensayo. Con las energías ya contadas. También tenemos minibronca porque llegan tarde. Yo estoy tan cansado que cuando hay que cantar a dos voces, pierdo la mía (y se me pierden todos los niños). Vendrán tiempos mejores.

La pobre Mai está hecha migas. Me dice que a duras penas aguanta las ganas de vomitar. Le digo que hoy me voy con ella, aunque sea a tomar un zumo. Y tal cual. Y en el jojos nos juntamos como doce y montamos un superbaile que pasará a la historia. Sí, señor. Yo me como a duras penas un sándwich de tomate y queso. Sin hambre alguna. Me tomo mi antibiótico. A Mai le regalamos un libro con fotos y el dueño del bar, el hombre serio del turbante, le regala una tableta de chocolate. Jaja.

Y se hace tarde. Mañana arriba a las seis y algo. Y me ducho. Y escribo. Así que voy a dormir poco (mierda).

Pero escucho a Lou Reed y me llena de emoción y me reconcilia con todo. Me olvido hasta del cansancio. A perfect day.

Cuánto nos gusta escuchar a los muertos.

2 comentarios:

  1. Hola niño ya veo que sigues mal , pero de que te viene la fiebre , y sigues forzando maquina. , que miedo en fiin haber si mañana estas mejor

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  2. Cuidate porfa. Que placer leerte. Es como estar alli. Gracias.
    Oly
    Take care

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