Me despierto demasiado pronto
pero me encuentro bien, así que lo damos por bueno. Ya el hecho de no andar a
la carrera y poder quedarme en la cama sin más, merece la pena.
Por cierto, esta mañana he
encontrado una falta de ortografía en mi blog. Solo me ha faltado gritar. Ver
una falta en algo que he escrito es como ver salir una rata de mi cuarto de
baño (a alguna ya le ha pasado aquí). En fin, parece que he estado jodidamente enfermo
estos últimos días…
A las nueve me voy “au bon pain”
a desayunar. Ya está bien del Blue, de Sudder y toda esa historia. El “au bon
pain” es un chiringuito bien montado, en plan loft, decorado con gusto y con
una enorme cristalera que da al cruce entre Park Street y Mirza Ghalib. Además
tienen las sillas “Barcelona” que le gustan a Pilar (que, por cierto, ya está comiendo
de nuevo y empieza a parecer una persona). El desayuno incluye croissant y
cinnamon roll. Me busco una mesa con vistas y disfruto del momento. Luego van
llegando Inés, Óscar, Isa, Pilar, Silvia…
A las diez, Inés y yo nos vamos
a buscar a nuestro grupo de demolición (Javi, Irene y David) para irnos a
rascar paredes. El calor empieza a parecer una maldición bíblica. Nos hacemos
nuestro recorrido habitual. Metro. Rick. Paseo hasta la casa de los niños
mayores. Llego empapado. Me hago retrato con cabrito.
Nos lanzamos al asalto. Trabajo
sucio (de 11 a 13 h). Rasca y gana. Ya prácticamente está todo terminado,
apenas queda una especie de hall a la entrada. Y no paro de sudar en ningún
momento. Rasca y suda. Y después de una pared va otra pared. Bebo agua. Y sigo
sudando sin parar y rasco hasta que mi cuerpo dice basta. Alto y claro. Así que
dejo la espátula y me voy a la ducha.
Salvado por la campana. La cabeza me da vueltas. Me acabo la botella. Me tumbo
en una cama, bajo un ventilador. Y volvemos al cole. El calor es tan
insoportable que parece una broma. Creo que estoy deshidratado. Llego al cole más
muerto que vivo. Me bebo dos latas de coca cola, así, una detrás de otra. Pilar
C. me pone una de sus caras de guasa en plan a lo mejor va a ser que traes un
poco de sed… Me bebo dos vasos de agua. Como un poco de arroz. Me preparo un
litro de suero y me bebo la mitad. Javi también se bebe su litro de suero. No estamos
locos, sabemos lo que queremos… jaja. Y la energía va volviendo. Menos mal.
Todo está en el calor, cada día
lo tengo más claro. El calor nos agota, nos baja las defensas, nos deshidrata y
nos vuelve más vulnerables. Así que, moraleja para años venideros: no esperes a
tener diarrea para beber suero. Es lo que realmente repone tus fuerzas cuando
estás molido.
El ensayo con las nenas pequeñas mola. Ya empiezan a tener en la
cabeza que la cosa va en serio y que van a tener que cantar delante de mucha
gente, así que poco a poco se van poniendo las pilas. Son graciosísimas. A
mitad del ensayo empieza a diluviar. Ya tenía ganas, ya. Durante unos cuantos
minutos cae el monzonazo, el de verdad. Ese chaparrón que suena como aplausos
lejanos. Y yo con el paraguas “desaparecido”.
En nuestra sesión de taller de
hoy (después de esperar como un cuarto de hora a que aparezca la llave de la
sala de material) hay que fabricar marcos para fotos con cartulinas de colores,
pinturas, pegatinas de goma eva… Nuestras niñas trabajan como hormiguitas, al
igual que todos los días. No dan nada de guerra y trabajan despacito, de manera
esmerada. Más ricas ellas…
Después de la reunión, tenemos
el ensayo con los mayores. También se van poniendo las pilas (sobre todo los
chicos) porque saben que solo les queda un ensayo más antes del concierto.
Pulimos y pulimos cositas.
Al igual que ayer, estoy cansado
pero es el cansancio natural de llevar todo el día sudando y dando tralla. Las
tres emes volvemos en un rickshaw suicida que va adelantando como si se le
estuviera quemando la comida o algo así. A Maite se la ve especialmente
fundida, pero bueno está hecha de esa pasta. De esa exactamente. Moni y yo
tenemos que preparar el programa para el concierto del viernes (Independence
Day), así que las acompaño a Sudder (uf), me tomo un plato de pasta (ñam) y nos
hacemos el trabajito en la tercera planta del Sunflower.
Y como se ha hecho tan
jodidamente tarde, tengo que escribir una crónica como bastante resumidita, con
lo cual se me habrán olvidado mil cosas que habría querido contar pero así es
la vida.
(Eso sí, con banda sonora de
Metallica, para que la cosa vaya ligera…).
Hola niño , que bonitas las fotos , la del cabritillo me gusta mucho y las fotos delas niñas con los paraguas preciosas
ResponderEliminarHe leido algo tuyo a . Amelia y
Josu y dicen que que bien escribes que lo tenias que publicar en algun sitio . Un beso de parte de todos