domingo, 21 de agosto de 2011

DOLOR 2


DÍA 18 DE AGOSTO

A pesar de ser día libre, me despierto pronto. Así es la vida. La mano duele pero tiene un poco mejor aspecto. Paso por la lavandería a dejar tres camisetas que un día fueron blancas. Desayuno en Blue. Malena y Chus van a hacerse las fotos de carnet para el permiso de Sikkim. Me quedo con el resguardo, hay que recogerlas en media hora. Mientras, paso por Raj’s. Imposible colgar las entradas. Gr. Voy a recoger las fotos 40 minutos después. Me dicen que tengo que esperar un cuarto de hora. El tiempo pasa de una manera extraña en la India. Hago las fotocopias de los pasaportes. Me encuentro con Moni en New Market. Recogemos las jodidas fotos –aún nos toca esperar un rato- y nos vamos a Sikkim House.

El tipo que nos atiende nos dice que tienen que firmar todas las personas que aparezcan en la solicitud. Estupendo. Moni y yo nos vamos a un restaurante vegetariano a rellenar papeles. Nos inventamos nombres de padres. Lo acompaño con coca cola y un sandwich. No esperen ustedes que yo reconozca públicamente haber falsificado la firma de nadie porque eso es un delito, así que, milagrosamente conseguimos entregar los papeles con las firmas de todo el mundo, no pregunten cómo.

Al lado de las oficinas hay una estación de metro; salimos pitando porque se nos ha hecho tarde. Yo no tengo hambre y a Moni le da tiempo a comer algo antes de la hora del taller. En marcha. La mitad de mi grupo vuelve a estar fuera, en una competición. Marrón. La preparación del festival empieza a hacer aguas por todas partes porque parece que estos chicos del basquet no llegarán a tiempo el sábado. Una actuación con cuatro muchachos. Hm. Hacemos un ensayo provisional con Chus y yo en el grupo para así llegar a seis personas. Y luego nos vamos a jugar un poco al baloncesto. El campo está lleno de cañas de bambú formando una estructura que se convertirá en una gran carpa para el festival. Nos da un poco igual, es divertido jugar entre las cañas aunque duela la mano.

El coro poco a poco coge velocidad de crucero, afina, se mueve y toma forma. Muy poco a poco, eso sí. Moni y yo estamos contentos. Disfrutamos de nuestro paseo un día más. Un día menos.

Llego al hotel pero es Chus la que se ha llevado la llave. Ag. Me voy a Sudder. Cansado y sudado. Entro a Internet y sigo sin poder cargar las entradas del blog. Agg. Me voy al Hilson y me tiro en el suelo al lado de Maite.

Chus se presenta con seis sombreros negros que ha comprado en la calle para hacer el baile con los niños. Mola. Le pedían 250 rupias por cada uno y ha acabado sacando los seis por 300. Menuda es la niña. Mañana me toca hacer taller de dientes. Quedo, pues, con mis compas a las 10 para desayunar. Hacemos un ensayo de canción para el festival.

Marian, Moni y yo volvemos a cenar a nuestro restaurante del barrio. Hoy vienen con nosotros Chus y Pilar. Vivan las pakoritas vegetales.

Chus se va con las nenas a la terraza para comer unos cacahuetes que luego le sentarán como el culo (pero ella no lo sabe, claro). Mientras tanto, yo me cuboducho y le doy caña a mi mano herida. No sé si eso de la crisis de la izquierda tiene que ver con esto o no. En todo caso, es una mano muy hinchada y como de película de terror. La república independiente del sunflower decide democráticamente (¿?) que mañana por la mañana nos vamos al hospital.

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