domingo, 21 de agosto de 2011

FESTIVAL


DÍA 20 DE AGOSTO

¿Cómo está la mano? Mejor, gracias. Uf. La hinchazón ha bajado bastante. De nuevo me salvo del viaje al Mercy. Remoloneamos y a eso de las diez nos vamos –Chus, Malena y yo- a desayunar al Flurry’s. Casi ná. Una pastelería restaurante de super lujo. Nos toca esperar un par de minutos para que nos preparen la mesa porque el sitio está abarrotado. Cosas de Calcuta. Nos gastamos 340 rupias en un desayuno que tampoco es una cosa deslumbrante (aunque el sándwich de queso y tomate natural está bien bueno).

Llegamos al cole. La carpa ya está preparada. Todo color. Dedicamos tiempo a colgar globos y pijaditas de adorno. Hay gente acabando disfraces o carteles. Actividad de última hora. Comemos y  nos reunimos con los muchachos, que están como rebotados, no sé por qué. Después de mucho insistir, conseguimos hacer un ensayo general, ya con la ropa y eso. Me encuentro a Rajan, que ya está medio recuperado y le convenzo de que salga a actuar con nosotros. Como somos siete, Chus se sale para que bailemos los seis chicos.

Anoche llegaron Javier e Irene, dos de los capos de la organización. Les saludamos. Bienvenidos a bordo.

El festival me hace tanta ilusión como todos los festivales, es decir, ninguna. Van saliendo un grupo detrás de otro. Algunos niños están centrados y otros empanados. Hay errores con la música –uno detrás de otro- y errores de colorido diverso. Cosas del directo, que diría Óscar. La cosa sigue adelante, un grupo sucede a otro, bailamos, aunque no me hace gracia, luego los niños del coro cantan como encogidos y casi no se les oye… Vale. Así es. Al menos los niños lo han pasado bien, que es de lo que se trata.

A la vuelta, después de una ducha reparadora, nos reunimos y Javier e Irene nos comentan un poco los nuevos proyectos del brother: se centran en buscar una salida a los niños que ya se van haciendo mayores y tienen que salir del centro. Proyectos de formación profesional, proyectos de pequeñas empresas: un horno para preparar y distribuir panadería occidental, un camión que elabore y reparta comida para llevar… También proyectos para becar a alumnos que pasen a la universidad y proyectos para otras zonas deprimidas.

Nos proponen crear una delegación de la organización en Salamanca (y, por lo tanto, nombrar un responsable).

Nos vamos a cenar hacia el barrio, al mismo restaurante que ayer. Por la extraña razón que sea, todo el grupo nos sigue. Como todo el mundo sabe, mover a un dinosaurio –de 18 personas, en este caso- es un proceso lento y doloroso, así que la mitad se pierden por el camino. Ag. Un cuarto de hora después, hemos recuperado a algunos y cenamos 12, que ya es una terrible multitud para mi gusto.

Cenamos bien –menos los que cenan mal, supongo- y nos recogemos en el hotel. Ninguno de los seis está por la labor de asumir la responsabilidad del grupo, así que parece que seguiremos autogestionándonos como hasta ahora.

De nuevo hay que limpiar la herida. Dar cera, pulir cera. Acabamos de cháchara hasta las tantas. Con la tranquilidad de no tener que madrugar.

1 comentario:

  1. Miki ya veo que la herida està mejor hay que curarla bien , bueno que el tiempo pasa deprisa , ya he visto el video de la niñita moni moni que rica que ternura hay que mal lo pasaría yo si estuviera hay pero bueno tenéis que estar muy orgullosos de todo lo que habéis hecho y las experiencias que esos niños han sentido , eso es maravilloso esa felicidad que les habéis dado . Bueno un beso grande para todo el mundo....La mama

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